domingo, 19 de junio de 2011

Hay un traje que se amolda a todos los cuerpos, un abrazo.

Quiero abrazarme un instante a la felicidad.
Quiero sentir que he dejado un largo camino de penumbra y soledad y que alguien me acompaña e ilumina cada día.
Quiero percibir esos pequeños destellos cuando se me nuble la mirada.
Quiero sentir como resbalan lágrimas por mi rostro pero no por estar triste, sino de felicidad.
Quiero gritar bien alto hasta quedarme afónica pero sin desgarrarme el alma, sólo para gritar su nombre. Quiero notar como la felicidad me invade a cada instante cuando más lo necesite y dejar de lado la tristeza.
Quiero poder escribir palabras que me saquen una sonrisa y no se me claven en el corazón.
Quiero ver la grandeza de mi ser y no hacerme cada vez más pequeña e insignificante.
Quiero recobrar la vida que un día perdí y me arrebataron.
Quiero jugar en un campo en al que nunca antes me había enfrentado pero que por fin me ha tocado.
Quiero sentir calor incluso cuando haga frío si la felicidad está conmigo.
Quiero que mi corazón lata con tanta fuerza que me sienta completamente viva y no que lata tan débilmente que perciba como se me escapa la vida.

Quiero...quiero...quiero...quizás demasiadas cosas. Pero mi felicidad está personificada y cuando me abrazo a ella aunque sea un instante, puedo llegar tener todo eso y mucho más.

Podría resumir todo diciendo:
- Quiero que pases el resto de mi vida junto a mí porque...
Tengo lo siempre soñé y jamás imaginé.
Estando contigo sé que nada irá mal y
Que estoy con la persona indicada.
Una persona especial, increíble e 
Imprescindible, que sabe como
Estremerce y hacerme
Reír porque le gusta mucho
Observar que soy feliz.

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