domingo, 28 de agosto de 2011

Si necesitas algo, aquí estaré -dijo.

Aunque sientas que estás solo,
siempre hay alguien pensando en ti.

Cantidad de veces creemos que no le importamos a nadie, aunque en el fondo sabemos que no es del todo cierto. Solemos negar lo evidente por miedo a equivocarnos y hacernos todavía más daño del que ya nos hacemos pensando así. Pero siempre, todos, y todos es todos, tenemos a alguien que se está preocupando por nosotros esté cerca o lejos, sea alguien íntimo o un desconocido para nosotros pero...¡siempre hay alguien! incluido para ti. 

¿Te has parado a pensar que a lo mejor eres el pensamiento de alguien que tú no conoces pero él a ti sí? o simplemente puede ser alguien del que no sospeches lo más mínimo y no signifique nada para ti y sin embargo, tú para esa persona lo puedes ser todo. 

¿Habías llegado a pensar eso en algún momento? Posiblemente no. Nos encerramos tanto en lo que conocemos y creemos saber, que en realidad no sabemos ni lo que creemos ni nos damos la oportunidad de conocer lo que desconocemos. 

Si por el contrario sí que habías llegado a plantearte esto, te felicito, ya tienes un gran camino recorrido y has conocido a ese alguien que para cuando "se te olvide" que está ahí, te lo hará saber de la manera más sorprendente e inesperada que puedas imaginarte.

No tengas miedo a descubrir cosas que no conoces ni a abrirle tu corazón a alguien que piense en ti, merece la pena intentarlo, arriesgarte y luchar por ello. Yo tuve la oportunidad de intentarlo y de arriesgarme...y a día de hoy aquí estoy, luchando por ello, aunque muchas veces antes haya fracaso en mis intentos. Pero cuando llega el momento sabes de verdad quién es esa persona que realmente siempre ha pensado y piensa en ti, esa persona que es la que va a estar ahí cuando la necesites aunque pienses todas esas cosas que no son ciertas, creedme que se sabe, eso se sabe.

lunes, 22 de agosto de 2011

El dolor que no te mata, te hace más fuerte.


Hay palabras que se me clavan como puñales, hay momentos en los que el dolor se convierte en algo insoportable y que te va consumiendo poco a poco. Mentiría si negara que últimamente no soy la misma, que he vuelto a caer en la rutina de que todo me afecte más de la cuenta y que no me encuentre agusto ni en mi propio hogar (aunque la verdad es que nunca lo he estado).

Llorar en silencio por cada palabra que suelta de su boca porque tengo un cúmulo de sensaciones que a la mínima explotan. Cuando el diálogo se convierte en gritos, cuando gobierna la ley del que más puede, es como si toda mi fuerza y todo mi trabajo personal para sentirme bien...se fueran por el sumidero.

¿No se supone que en tu casa has de sentirte querido? Pues por mucho que se preocupen por mí hay cosas que pesan más que eso y miles de traumas y miedos infantiles que me acompañan día a día, y que por muy fuerte que sea a veces...siempre me desmorono de la manera más tonta y pasa mucho tiempo hasta que recupero las riendas de MI vida.

Son demasiado años viviendo lo mismo, es demasiado tiempo estando en un lugar en el que paso la mayor parte de mi tiempo y de donde surge todo este sufrimiento que a veces me acompaña. Solamente aquél que lo ha vivido puedo comprender el dolor y las lágrimas que esconden mis palabras.

Vivir así es como morir en vida y tener un tortura perpetua que en ocasiones es más llevadera pero cuando no, es mejor dejar salir todo, asumirlo una vez más y seguir adelante por mucho que duela...hasta que llegue el día en el que todo esto se acabe y por fin deje de sentirme atada y constantemente con la soga al cuello.


lunes, 15 de agosto de 2011

Si no sintiera miedo alguna vez, no me sentiría viva.

El valor no es la ausencia del miedo, más bien,
es la opinión de que otra cosa es mucho  más importante que el miedo.

Mientras escucho una de mis canciones favoritas del momento, siento como las palabras salen solas de mi corazón, siento cada nota rebotar con fuerza en mi cabeza y como mis dedos cobran la fuerza necesaria para expresarme, para liberarme de todo lo que llevo dentro y sentirme de nuevo, una vez más, en calma conmigo misma.

Es tanto lo que alberga mi corazón que es inevitable que en ocasiones las lágrimas broten de mis ojos como si una enorme tormenta se avecinase. Una tormenta que en vez de nublar mi corazón, lo que hace es purificarle de todo aquello cuando teme y ama.

No voy a negar que mis temores son tan grandes como el amor que tengo dentro de mí…pero me gusta sentirme de esta manera. Sí, exacto, me gusta sentir miedo, tener temor a perder algo importante en mi vida o que simplemente desaparezca. Eso me hace darme cuenta de lo muchísimo que puedo necesitar algo en mi vida y por ello debo valorarlo, mimarlo, cuidarlo, amarlo y protegerlo a cada instante como si puede desaparecer en cualquier momento sin dejar rastro, sin darme cuenta y dejando tras su partida un gran vacío y dolor.

Pero esto no quiere decir que porque tenga miedo y temores no soy valiente, sino que tengo el valor suficiente para enfrentarme a mis miedos, convivir con ellos, aceptarlos y no dejar que controlen mi vida por completo. Es mi vida, son mis normas y mis reglas. Nadie dijo que fuese fácil pero me gustan los retos, me gustan los temores y los miedos.

Te propongo algo, ¿a ti también te gustan los retos? Pues cuando sientas ese miedo de que te van a arrebatar una pequeña parte de ti que es esencial para el correcto funcionamiento de tu vida y sentirte feliz…, aférrate a todo ese amor oculto y desempolva tu corazón, demuéstrate que ese tipo de miedo no te va a paralizar y no vas a dejar que ese algo desaparezca de tu vida para siempre. 

¿Aceptas el reto? Recuerda que: "temerle al amor es temerle a la vida, y aquellos que temen a la vida están casi muertos."

domingo, 14 de agosto de 2011

Voces en mi cabeza.

Si no tomas el control de tu mente, puede destruirte.

Incluso en el silencio más austero puedes oír murmullos y voces hablar en tu cabeza. Unas veces te dirán cosas agradables y bonitas pero otras te dirán cosas desagradables. Si prestas demasiada atención a estas últimas, puede que acaben perturbándote tanto que al final acabes creyéndote cosas que no son, que son sólo producto de tu imaginación.

Por eso puede hacer un día soleado y tú, sentirte nublada por dentro. Tan nublada que incluso alguna que otra gotita salada recorre tu rostro, sin que a penas te dé tiempo a darte cuenta. Quedarte con la mirada perdida e inmóvil durante un instante, mientras todas esas voces revolotean dentro de ti. Hasta que por fin vuelves en sí y te das cuenta de que te encuentras tan empapada por fuera como por dentro, de que las gotitas han ido cayendo más de continuo intentado así, limpiar ese alma que tienes tan manchada y tratando de liberarte y limpiarte de manera inconsciente...ya que tú no te permitias hacerlo.

Dejando de esa formar el sentir esa presión en el pecho y esa sensación de que te están desgarrando a pezados tan lentamente que el sonido de tu voz es ensordecedor y mudo a la vez. Además tratas de volver a  tomar el control de tus pensamientos y no dejar que todo lo que una vez construiste se te venga encima. Evitando el volver a estar en ese punto de partida del cual un día decidiste salir, porque te diste cuenta de que eso no era vida, de que eso te quitaba la vida y tú querías aprovecharla y tomar las riendas sobre ella.

lunes, 1 de agosto de 2011

Notas musicales recién salidas del corazón.

La música es el corazón de la vida.
Por ella habla el amor; sin ella no hay bien posible
y con ella todo es hermoso.

Todavía se me ponen los pelos de punta al recordar ese viernes tan perfecto en el que tras varias horas en el coche por fin estaríamos haciendo cola para verle, para ver a Bon Jovi, después de tanto tiempo deseando de hacerlo.
No podría creer que estuviera a solo unas horas de ver el MEJOR concierto al que he asistido hasta ahora y lo más importante es que lo hacía junto a la persona que más amo en este mundo.
Y es que a pesar de los nervios, gritos, saltos, golpes, empujones, pisotones también hubo muchos besos, abrazos, lágrimas, sonrisas...que hicieron que fuese tan especial y disfrutáramos como nunca antes en un concierto así.
Fue increíble y cualquier cosa que diga nunca describirá la sensación que sentí en ese instante al ver a Bon Jovi saltar al escenario y que aún puedo sentirla.
Sé que conciertos como este no habrá ninguno pero también sé que no será el último que disfrute junto a él, pues todavía nos queda una larga lista de conciertos a los que asistir.


Con él TODO, sin él NADA.